viernes, 15 de diciembre de 2017

“¿Ser puta y trabajadora sexual no es lo mismo?”, según la doble moral




¿Qué es la moral? Un árbol que da moras


Siglo XXI, con países de primer mundo y ciudades vanguardistas, sociedades informadas, reconocimiento y ampliación de derechos humanos y aunque se luche por las libertades, las culturas siguen siendo presas y victimas de su doble consciencia.

Por ejemplo, tengo un amigo que hace poco por culpa de su adicción a la marihuana y la monotonía, abandonó a su pareja para ir de tras de un pedazo de carne que conoció por Facebook, lo que la gente cuenta, sin embargo, lo que sí aconteció de verdad fue un madrazo en la cabeza y una serie de auto flagelaciones, pero se lo merecía, pues es un adicto, joto y los adictos y los putos merecen que les sucedan cosas como ésa.

Fue todo un escándalo es redes sociales y se convirtió en la persona privada de su libertad más famosa de la PGR esa semana. Hubo movilizaciones que para nada estaban planeadas, todo esto hecho por alguien que se preocupa y ama a mi amigo, alguien que fue testigo sonoro del putazo que le dieron en la cabeza y lo hizo sangrar; me contó que además de sangre lo que emanaba de su frente era un arrepentimiento que lo quemaba como acido, y entre más estúpido se sentía más era el dolor de su herida.

Sin duda el foco rojo que existe en redes sociales respecto a que jóvenes y adultos conozcan a personas por internet, se deciden a conocerse en persona y muchos terminan siendo usados para trata, venta de órganos, narcotráfico o simplemente muertos o siendo privados de su libertad, tratados como un depósito de semen de algún o algunos cabrones; pero situaciones como ésta, los adictos y los putos se lo merecen.

Todos apelamos por la NO violencia siempre y cuando nuestra moral y prejuicios no nos traicionen y es que esta sociedad mexicana “vanguardista”, es incongruente, acepta la violencia según su moralometro, pero bien, somos mexicanos y no olvidemos que vivimos en un México surrealista y super irónico y mega prejuicioso, como la trabajadora sexual a quien tachamos de puta, o los defensores de derechos humanos, abogados, licenciados con doctorados y maestrías que además son alcohólicos, ninfómanos, mitómanos, asesinos, adictos, promiscuos, ladrones, mentirosos, infieles, esquizofrénicos, traicioneros, enfermos de poder y de dinero; con una enorme y tangible soledad en sus almas, se atreven a juzgar y señalar a otro ser humano imperfecto; mi madre me llenó la cabeza con historias biblicas así que se me viene a la mente la imagen de María Magdalena siendo a pedrada por un montón de pecadores, pero bueno, ella se lo merecía por puta.

En fin, a los quince días de que a mi amigo le partieron su madre por adicto y puta, regresó como el bumerang; ya hasta me contó que él y su pareja planean casarse, luego de esta decisión de ambos todos entendimos que en cuestiones de dos es mejor mantenerse al margen, porque al final nuestra doble moral nos traiciona, y nos aferramos a pensar que ser puta y sexo servidora es lo mismo y es que como dice el dicho, no es lo mismo “la cómoda de tu hermana, que acomódame a tu hermana”
Ojalá la historia del marica de mi amigo les sirva para la reflexión y darse cuenta qué tan prejuicios son y qué tan doble moral y si están de verdad en contra de la violencia o solo la justifican.
Hay momentos en que es bueno dejar de ser hipócritas y aceptar quien somos, porque todos se quitaron su disfraz de Halloween y se mostraron tal cuál son, ¡ja! y por cierto Feliz Navidad.

Jashtá La fugitiva

Por Omar Figueroa 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario